Como asegurado, deberás comunicar a la compañía de seguros tus actividades profesionales, deportivas y de ocupación puesto que existen riesgos asociados a estas actividades que incrementan la posibilidad de desencadenar una enfermedad o provocar un accidente, generando un incremento en el costo del seguro.
Estos casos objetivos te ayudarán a entender mejor la asociación de tu profesión, actividad deportiva u ocupación con respecto a tu seguro:
Si hoy soy gerente administrativo y mañana trabajo en una plataforma petrolera, ¿qué debo hacer?
Kayum te recomienda avisar de inmediato a tu aseguradora, ya que este ejemplo es un cambio significativo del riesgo asociado a tus actividades cotidianas.
Las aseguradoras calculan las primas de los seguros teniendo en cuenta diferentes factores de riesgo. La ocupación es un factor determinante para calcular el costo de tu seguro, y es por esto que si cambias de ocupación es importante que des aviso a tu aseguradora, ya que tu nueva ocupación podría representar un riesgo mayor que aquella con la que se calculó el costo del seguro al contratar la póliza.
¿Puede haber cambios de ocupación que no afecten el costo del seguro?
Hay cambios de ocupación que no representan mayor riesgo y no afectan el costo, pero muchos de ellos sí, así que debes dar aviso. Si por ejemplo eres arquitecto y al momento de contratar tu póliza hacías un trabajo de oficina, pero desde hoy te han asignado hacer un trabajo en el sitio de la obra, tu cambio representa un mayor riesgo, por lo que es recomendable hacerle saber tu nuevo estado ocupacional a tu aseguradora.
Sin embargo, si ejerces como contador trabajando en una oficina y cambias a un puesto de planeación financiera, no es necesario dar aviso a la aseguradora puesto que ambas actividades se realizan dentro de una oficina.
Aun así, si tienes dudas, es mejor dar aviso a la aseguradora. Esta determinará si el cambio de actividad representa alguna agravación del riesgo o no.
¿Qué pasa si adquiero una motocicleta, aunque no la use como medio de trabajo?
La conducción de un vehículo, y en especial de una motocicleta, genera una alteración en el riesgo de accidentes. La aseguradora Mapfre en España estima que los riesgos de accidentes se incrementan cerca de 17 veces al conducir una moto, razón de más para notificar a la compañía por escrito para que esta realice el cálculo del excedente a pagar. Adquirir una moto no constituye un cambio de profesión como tal, pero influirá directamente en tu vida y puede aumentar el riesgo de sufrir un accidente.
¿Hay problemas si practico algún deporte?
Si te gusta practicar algún un deporte regularmente (dos o más veces por semana), infórmale a la aseguradora, pues dependiendo el tipo de deporte, la compañía de seguros se verá en la obligación de cobrar un excedente en el costo del seguro.
Todos los deportes siempre tendrán algún grado de riesgo, y solo quedarán cubiertos en caso de haber sido notificados; de esa forma, se pagarán los gastos derivados de las lesiones que sufras a consecuencia de la práctica del deporte, bien sea de forma ocasional y/o profesional.
Algunos deportes pueden ser totalmente excluidos de la póliza de gastos médicos, pero dependerán de la compañía de seguros. Algunos ejemplos son la tauromaquia, el box, la lucha libre y otros que generen lesiones directas como consecuencia de su práctica.
También existen algunas actividades deportivas que aunque no se practiquen más de dos veces por semana deberán notificarse y llenar un cuestionario especial, por ejemplo el buceo, alpinismo, motociclismo y otros deportes extremos.
Si al inicio de vigencia de la póliza de gastos médicos no practicabas ningún deporte, y posterior a la contratación decidiste iniciar una práctica deportiva, es indispensable notificar a la aseguradora para que entre en la cobertura y así queden amparados los gastos de un siniestro.
En caso de ocurrir un accidente derivado de una práctica deportiva u ocupación no declarada, esta quedará excluida. La aseguradora no cubrirá gastos de tratamientos, hospitalización, ni alguna clase de gastos posteriores.
Por último, recuerda que no todos los cambios de ocupación, deportes o hábitos serán aceptados o cubiertos por la aseguradora. Si el nuevo deporte, hábito o trabajo es de muy alto riesgo, puede ser que la aseguradora lo excluya totalmente de tu póliza.